Es Alejandro Salazar un personaje de la historia del movimiento nacionalsindicalista del que apenas se conocen datos biográficos, pese a la trascendencia tuvo en los momentos iniciales de la Falange. Nacido en Almería el 19 de septiembre de 1913. Alejandro Salazar se trasladó a Madrid con la intención de estudiar en su Universidad Central la carrera de Filosofía y Letras. Ajeno hasta entonces a toda actividad política, ingresó en La Falange con veinte años, en febrero de 1934, hecho que marcaría definitivamente su vida y su muerte. Ya en el mes de junio recibió la responsabilidad de organizar el movimiento de Falange en su tierra natal aprovechando sus vacaciones, por lo que será reconocido como Primer Jefe Provincial de F.E. de las J.O.N.S. en Almería."Todo aquel verano, en vez de descansar (...) prefirió de nuevo el camino arduo del trabajo entregándose por entero a la tarea de impulsar y extender aquella Falange que representaba" (Alocución pronunciada por Manuel Valdés recogida en La Voz de Almería, 21 de febrero de 1973). Allí es procesado y detenido días más tarde: "¡Ya he sufrido prisión por la Falange! .. He recibido algunas cartas de encomio de Primo de Rivera, Ruiz de Alda y Ledesma. También he empezado a comprender el estilo de la Falange. Me ha bastado una conferencia de dos minutos sostenida por teléfono con Primo de Rivera", escribe en su diario íntimo.
A su regreso a Madrid, anécdoticamente un 29 de Octubre, toma el mando del Sindicato Español Universitario, puesto desde el que pasará a ser Jefe Nacional del S.E.U. en enero de 1935. A partir de ese momento todos sus esfuerzos van encaminados a dotar a la organización estudiantil del vigor y autonomía precisos. La redacción de unos nuevos estatutos del S.E.U., la organización de dos Consejos Nacionales, el establecimiento de la organización en numerosas provincias, ... son muchos los méritos que han de asentarse en el haber de quien además llegaría a tener el honor de ser Secretario de la Junta Política de Falange.
Su deseo más sincero fue el lanzamiento del semanario HAZ, el primer número vió la luz el 26 de marzo de 1935, "la redacción tenía por domicilio la pensión donde residía Alejandro Salazar, que se encargó de la dirección del periódico (...) El periódico contaba con la fecundidad literaria del grupo de Filosofía, que soportó el trabajo más extenso de redacción". (David Jato en "La rebelión de los Estudiantes. Apuntes para una historia del alegre S.E.U." 1ª ed., Madrid, 1953) La política ocupaba un amplio espacio en sus páginas, también trataba de atender todos aquellos temas de carácter universitario: deportes, cine, arte, literatura, teatro... Esta empresa tuvo que enfrentarse con numerosas dificultades. No fueron menores las que entrañaba la propia venta del periódico, con enfrentamientos continuos pero asumidos como un servicio más a la causa nacionalsindicalista. Tampoco eran escasas las dificultades económicas. Los problemas económicos no se solventaban con valor y arrojo. Así nació el Día de la Prensa Sindical, convocado para recaudar fondos con los que sostener el portavoz de los estudiantes falangistas. La lucha con la censura no fue tamoco tarea fácil pero el ingenio juvenil ayudó a superar las infinitas trabas gubernativas. En ocasiones tuvo que sustituir al órgano oficial de la Falange como portavoz del movimiento, ante la suspensión de aquél. A partir del número 9, Haz pasó de ser semanal a quicenal y sobrevivió algunas fechas hasta la persecución implacable tras la elecciones de febrero de 1936.
El 1 de abril de 1936 se "incorporó" al "Centro Falangista" de la madrileña Cárcel Modelo y siguió los mismos avatares que los demás procesados en la causa por presunta ilicitud. El Tribunal absolvió del delito del que era acusado a Alejandro Salazar y al resto de la Junta Política de Falange de la que "no había lugar a la disolución" pero el fallo del Tribunal no supuso la libertad de los procesados. En calidad de presos gubernativos permanecieron encarcelados. En la madrugada del 9 de noviembre de 1936 murió fusilado en Paracuellos de Jarama.