Eugenio Montes Domínguez (Vigo, Pontevedra, 24 de noviembre de 1900 - Madrid, 1982) fue un político y escritor español, católico, que escribió en gallego y en castellano. Participó en la fundación de Falange Española. Su familia se trasladó a Bande, en Orense, por lo cual el escritor se consideró siempre bandés y orensano. Estudió el bachillerato en Orense, y más tarde inició en Barcelona Filosofía y Letras y Derecho, carreras que terminó, respectivamente, en Madrid y en Oviedo. Se doctoró en Filosofía y Letras con una tesis que fue dirigida por José Ortega y Gasset en la Universidad Central de Madrid.
En los inicios de su carrera literaria se inclinó por el ultraísmo. En Madrid frecuentó la tertulia del Café Colonial, dirigida por Cansinos Assens, y conoció a Guillermo de Torre, Pedro Garfias y Gerardo Diego. Publicó en revistas ultraístas como Cervantes, Grecia, Ultra, Perseo, Cosmópolis y Horizonte. Colaboró con la revista en lengua gallega Nós, dirigida por Vicente Risco, en la que publicó poemas en gallego que aúnan la vanguardia con la tradición gallega. En lengua gallega publicó Montes tres libros: un poemario, Versos a tres cás o neto (1930); un libro de relatos, O vello mariñeiro toma o sol, e outros contos (1922); y un ensayo, Estética da muñeira (1922). Al tiempo que en Nós, publicó en otros diarios y revistas gallegos.
A principios de la década de 1930, Montes decidió dedicarse exclusivamente al periodismo, y fue corresponsal de los periódicos ABC y El Debate en varias capitales europeas durante los años 30. Durante la Segunda República, colaboró con sus artículos en la revista monárquica Acción Española, inspirada en el tradicionalismo católico español, el integralismo lusitano y las ideas nacionalistas de Charles Maurras. En 1933 fue uno de los fundadores de Falange Española, aunque sus ideas políticas estaban más cerca del tradicionalismo monárquico. Colaboró con sus artículos y conferencias a la difusión de la ideología falangista. Tras la guerra, Montes continuó ejerciendo como periodista, siendo corresponsal de los periódicos ABC y Arriba. También realizó frecuentes giras por Hispanoamérica como conferenciante. Publicó varios libros de artículos y ensayos breves: El viajero y su sombra (1940), Federico II de Sicilia y Alfonso X de Castilla (1943), Elegías europeas (1949), La estrella y la estela (1953) y Discurso a la catolicidad española (1954). En 1963 fue nombrado director del Instituto de España en Roma. En 1978 leyó su discurso de ingreso en la Real Academia Española, acerca de "El romanticismo de los clásicos".
Federico García Lorca le dedicaría el poema Gráfico de la petenera, que tanto escribió José Antonio. "Cuando, repartida entre anarquía y burguesía, España era un horizonte de tristeza que sólo incitaba a los mejores a la desgana, apareció José Antonio a darle claridad a las sombras y misiones a las almas". El dijo también que la tragedia de José Antonio y la Falange se cifraba en que no pudo evitar la guerra civil ni tanto derramamiento de sangre. Para Eugenio Montes, José Antonio creó "un movimiento inspirado en los valores de la inteligencia, y creador de un movimiento histórico, es decir, de una nueva poesía, de un nuevo arte, de un nuevo estilo, en fin de una manera de ser". El 24 de febrero de 1935 se ofreció a Montes un banquete-homenaje antes de su marcha a Alemania. Los brindis corrieron a cargo de Sánchez Mazas, Ruiz de Alda, José Antonio y el propio Montes.
Soneto a José Antonio:
Antes fueron tres siglos de descielo
desterrados del mayo de lo Eterno,
y el alma, deshojada en el invierno
de España, vagabunda por su hielo.
Corazón de trasmundo sin latido,
roto el reloj de torre de la Historia;
ni párpado de luz, ay, ni memoria
en las grutas oscuras del olvido.
Pero viniste tú, en la frente el nido
de Primavera, y levantaron vuelo
del charco estrellas y águilas del lodo.
Y, émula de tu amor y tu sentido,
la muerte vino a darle prisa al cielo,
pues la humana vida corta y todo.