2/12/10

La Oligarquía apremia al presidente de la dictadura democrática

El presidente de la dictadura democrática que sufrimos recibió en el palacio usurpado de La Moncloa a la Oligarquía del país, que está muy preocupada con la siniestra deriva económica que padecemos y padecen. Los representantes de la Oligarquía avisaron al presidente para que tome cuanto antes las medidas que, según ellos, nos sacarán de la crisis pero que, a decir verdad, hacen más vulnerable al trabajador (Reforma Laboral) y al que ya con el sudor de su frente se ha ganado un descanso (Reforma de las Pensiones).

No debemos aceptar que la reunión de Zapatero con los empresarios sea la solución que necesita la economía española, tampoco que las medidas que el gobierno va a poner en marcha nos sean favorables, ni siquiera que aumenten el consumo, la renta per cápita, el P.I.B, o nuestro poder adquisitivo, nada de eso. Para ayudar y salvar a los bancos causantes de la crisis se les han inyectado docenas de miles de millones en sus balances, se han cambiado las normas legales, se les ha avalado para que sigan haciendo operaciones de gran riesgo, y se les sigue permitiendo que utilicen el dinero que reciben de las autoridades públicas para volver a obtener beneficios sin que vuelvan a poner en marcha el mecanismo de financiación que necesita el mundo empresarial y los consumidores. 

Se han cambiado las normas contables para permitir que los bancos oculten a sus clientes y a la sociedad el quebranto patrimonial (en muchas ocasiones intencionado) que han provocado con dinero de otros, para que nadie sepa que en realidad están tratando con bancos zombis a los que solo mantiene en pie la ocultación y los privilegios de los que ningún otro sujeto económico disfruta. En España, el gobierno se ha rendido poniéndose a los pies de los banqueros, se ha hecho con verdadera nocturnidad política una ley para que la banca privada se haga con las cajas de ahorros y para que en poco tiempo desaparezca cualquier atisbo de interés social en el sistema financiero. 

Y los sindicatos comprados poco o nada tienen que decir de esto; a ellos solo les importan los recortes cuando se trata de sus propias partidas presupuestarias, de las subvenciones y del seguir chupando del bote. Solo el nacionalsindicalismo y la revolución que España necesita traerá horas prósperas y nuevos amaneceres, cuando nuestro movimiento destruya al capitalismo y a su brazo político que es el liberalismo, entonces volverá España a ocupar el puesto que tiene en la Historia y los españoles reconquistarán la alegría de sentirse responsables de su Unidad de Destino en lo Universal.