Como estaba previsto, el martes 27 de Octubre, ocupó la Tribuna José Antonio Rafael Rodrigo Fernández, profesor de Historia Moderna y Contemporánea, especializado en temas militares, que disertó sobre "La guerra de los 30 años" (1668-1648), que se desarrollaría durante los reinados de Felipe III y Felipe IV y que hizo visible el declive de la hegemonía española en el mundo. Como es habitual, hizo la presentación Luis López Novelle.A pesar de tratarse de un tema histórico acaecido en el siglo XVII, el conferenciante supo desde el primer momento, captar la atención del público y mantener vivo su interés durante toda la conferencia.
Aunque teóricamente la Guerra de los 30 años se inicia por motivos religiosos, entre los partidarios de la reforma y la contrareforma dentro del Sacro Imperio Germánico, la intervención gradual de las distintas potencias europeas debido a las alianzas, hacen que en esta guerra confluyan interes de todo tipo, incluyendo la lucha por el poder en Europa. El punto de arranque de esta guerra se halla en la conocida como Segunda Defenestración de Praga, cuando los dos representantes del emperador germano Fernando II son arrojados por la ventana de un palacio, por los calvinistas de Bohemia. No contando con fuerzas suficientes para aplacar los distintos focos de revuelta, Fernando II pide ayuda a su sobrino y yerno Felipe III, rey de España.
Pero España, ya bajo el gobierno de los validos, no tiene la fuerza de antaño y muestra sus signos de debilidad en una Armada que carece de los medios materiales necesarios para ser eficaz en una lucha por el control de los mares. Dicha carencia tambien se deja sentir en infantería en batallas de cobran miles de vida de soldados. En relación a una de ellas, en concreto a la sangrienta batalla de Rocroi, en la que cae lomá granado de los tercios de Flandes-, cuentan que el joven Luis II de Borbón-Condé, que estaba al frente del ejército francés, al ver el campo lleno de cadáveres, preguntó a un soldado español moribundo que cuántos eran los combatientes españoles, a lo que el soldado responde "Sire: Contad los muertos". Al parecer, la anécdota dada por cierta por muchos historiadores, es más fruto de la imaginación popular que realidad histórica.
Pero España, ya bajo el gobierno de los validos, no tiene la fuerza de antaño y muestra sus signos de debilidad en una Armada que carece de los medios materiales necesarios para ser eficaz en una lucha por el control de los mares. Dicha carencia tambien se deja sentir en infantería en batallas de cobran miles de vida de soldados. En relación a una de ellas, en concreto a la sangrienta batalla de Rocroi, en la que cae lomá granado de los tercios de Flandes-, cuentan que el joven Luis II de Borbón-Condé, que estaba al frente del ejército francés, al ver el campo lleno de cadáveres, preguntó a un soldado español moribundo que cuántos eran los combatientes españoles, a lo que el soldado responde "Sire: Contad los muertos". Al parecer, la anécdota dada por cierta por muchos historiadores, es más fruto de la imaginación popular que realidad histórica.
Una de las consecuencias de esta guerra es la pédida definitiva de Portugal, corona que Felipe II había recuperado para España. A partir de entonces, Portugal queda bajo la influencia de Inglaterra, influencia funesta para España ya que muchos años más tarde, durante la Guerra de la Sucesión, esta permitirá a los ingleses mantener su flota en puertos lusitanos controlando el Atlántico y mantener su presencia en Gibraltar.La conferencia dio pie a un animado coloquio con los asistentes, que se mostraron muy interesados con el enfoque que Rafael Rodrigo había dado a su disertación. Fue, sin lugar a dudas, una conferencia muy interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario