28/9/09

Manifiesto inagural

Tras casi tres cuartos de siglo la bandera sigue alzada. Una larga andadura marcado por los obstáculos y las dificultades nos ha acompañado desde siempre, señal inequívoca de que estamos en el buen camino, "per aspera ad astra". El tiempo fácil ni lo queremos ni lo veremos nunca, porque mañana, el Estado Nuevo, para lograr a España en el mundo un puesto al sol tendrá que librar una batalla allende nuestros mares, valles y montañas, más dura si cabe que la que la Falange, en esta seca travesía por áridos desiertos está librando para lograr un puesto al sol dentro de España. Por ello, la Falange está viva, a pesar de la creencia de muchos de que ha llegado el momento de modificar nuestra Buena Nueva falangista, apartándonos de los más preciado que posee: la doctrina, como meta política exacta a la que aspiramos; el modo total de entender la existencia, que ansía un camino de perfección que nos convierta en mitad monjes, mitad soldados; y en consecuencia, el ejemplo y recuerdo de nuestros caídos, fuerza y orgullo de esta Santa causa.


Rechazan estos tesoros porque no van con los tiempos pero, ¿ acaso hoy como ayer, no sufrimos un estado liberal que en su versión social-demócrata o demócrata-cristiana, mantiene los mismos errores que ya denunciara José Antonio? El sistema partitocrático, "el más ruinoso sistema de derroche de energías", que usurpa la soberanía a Dios y en usufructo a la sociedad civil, que otorga a la verdad y a la mentira, a la justicia y a la injustica el mismo valor y las somete a la opinión caprichosa de la mayoría; la pérdida de unidad espiritual, que divide a los hombres en bandos opuestos que bajo el nombre de partidos políticos estudian intrépidos el modo de hacer propaganda cada cuatro años prometiendo la gloria para perpetuarse en la poltrona y cuya concepción materialista se manifiesta en separatismos locales afines a entramados terroristas; y la esclavitud económica donde el abuso del sistema capitalista sobre el trabajador y los medios de producción es costumbre tan habitual como inhumana; siguen estando vigentes y por eso sigue estando vigente el proyecto que la Falange, como Movimiento nacionalsindicalista, tiene para nuestra Patria.


Sigue estando vigente mientras la Falange siga creyendo que España es una Unidad de destino. Una unidad total entre los pueblos que la integran y entre los hombres que la forman. Desde la fundación de la Falange ésta ha sido su afirmación fundamental y este es el mayor hallazgo. Nuestra vocación es clara, rehacer España como Unidad de destino, con sentido dinámico, de Imperio a Imperio, de las cenizas del Imperio pasado al vuelo del Imperio futuro. Como labor esencialmente evangelizadora y misionera que España, como síntesis trascendente con fines propios, tiene reservada. "La definición de que la Falange ha partido es la exacta. Es la única que rige sin error la historia y la filosofía. En este punto de partida se armoniza el fin de la Patria con la universalidad y el fin último y sobrenatural del hombre" (Rafael Sánchez Mazas, "Arriba", núm. 1, 21 de marzo de 1.935). Y no está de más no sólo acudir a cada uno de los párrafos del discurso de la Comedia donde se define un nuevo movimiento político, sino también hay que rescatar la redacción de los ventisiete puntos; especialmente, para aquellos desmemoriados que se afanan en manipular a la Falange en sus múltiples contubernios, para aquellos que dicen defender la unidad de España desde la Constitución, para aquellos que se autodenominan obreros o socialistas manteniendo noviazgo con la oligarquía financiera y para todos aquellos que por sus funciones y responsabilidades están obligados a preservar la herencia española a pesar de, su gusto y voluntad, de las estrategias de sus partidos o de los planes de sus coaligados, España es una Unidad de destino en lo Universal, toda conspiración contra España es repulsiva. Todo separatismo es un crimen, toda cesión es una traición.

La verdad de nuestra lucha es ésta. Y para encontrar la función ascendente de España tenemos que recuperar el tradicional sentido católico español, el motor fundamental de la Hispanidad. Lo uno va unido a lo otro en recio yugo castellano, en laureado haz aragonés. Creemos en la unidad del género humano como armónica conciliación, a lo largo de los siglos, el lado bueno de España es el que ha mirado hacia la Unidad de destino imponiendo en el mayor apogeo de su historia, la tesis católica de la unidad del género humano. Y la verdad de nuestra lucha es repetida mil veces por José Antonio. España es irrevocable. Los españoles podrán decidir aceca de cosas secundarias, pero acerca de la esencia misma y propia de España, los españoles nada tenemos que decidir ni discutir. La nación no es una entidad física individualizada por sus accidentes geográficos, étnicos, lingüísticos o folklóricos, sino una Unidad de destino. España no es nuestra sangre, porque España tuvo el acierto de unir en una misma gloria a muchas sangres distintas. España no es ni siquiera este tiempo. Eso que algunos llaman "nuestra generación" no tiene derecho de propiedad absoluta sobre España, la ha recibido del sudor y del esfuerzo de generaciones anteriores y así, con nuestro sudor y nuestro esfuerzo, aún con nuestra sangre si fuera preciso, hemos de entregarla a las generaciones futuras. Así pues ser español significa ser llamado a participar en la magna empresa que realizó España ante la historia del mundo, misión clara y definida por la divina Providencia, la de ser Apóstol y Adelantado de la fe, con vocación civilizada y civilizadora. Acaso como los pescadores del Evangelio, porque echamos la red en Nombre de Cristo. España se justifica por su misión universal.

Y la reserva de la fe en la auténtica España se custodia en la Falange. Y como esmerado ornamento de oro donde se expone la Hostia consagrada para adoración de los fieles en una Iglesia, salvando nuestra reverenciada diferencia, así exponemos nuestra doctrina. CAMISAS AZULES será la fortaleza, el alcázar que tras sus altos muros, guarda su fe en esta Unidad de destino. Pero como buen cuartel y como buen monasterio, mantiene una ética y estilo, una disciplina. La Falange comienza su revolución por la revolución individual, no basta estar en Falange, hay que SER falangista. El amanecer de España será posterior al amanecer de nuestras almas. Nuestra trinchera digital pretende ser un Santo camino para realizar la triple revolución nacionalsindicalista, política, económica y moral, que en otro sublime afán por Unir es Una como España. Santo camino porque la Política (con mayúsculas) es una vocación religiosa, más un deber de todos los que abrazan la cruz de Cristo. El primer paso es la formación, y es nuestra obligación la difusión de los postulados joseantonianos a esta España chata y alicorta, que sigue durmiendo la siesta. CAMISAS AZULES pretende ser un baluarte falangista, un órgano que mantenga alzada la bandera, enhiesta la lanza, encendida la llama e inquebrantable la fe.


Por tanto, no somos plañideras que lloran desconsoldas la falta del marido ni viudas que recordamos con nostalgia tiempos mejores porque nuestro canto no es la elegía ni el llanto sino el himo de amor y guerra; no nos vestimos de luto porque llevamos aquellas gloriosas CAMISAS AZULES que fueran coraza de nuestros abuelos y mortaja de nuestros héroes. Nuestra confianza está puesta en el Sano Abandono en manos del Redentor, nuestra mirada se orienta a la Salvación, nuestro sustento son las Bienaventuranzas, nuestro ideario se sintetiza en las tres virtudes teologales: FE, ESPERANZA y CARIDAD, transformadas en Patria, Justicia y Pan. Nuestro TRADICIONALISMO REVOLUCIONARIO es clásico pero actual, en el campo y en la fábrica; en el despacho y en el aula; repletos de paciencia y alegría configuraremos al Estado como fiel servidor de España, sin concesiones curvas y oscuras a la mala pasión de envenenar al pueblo. Y así como Santiago, flor de la hispanan caballería, lleva espada y bordón, camina y lucha. Es cabalgante y andante, padre y Patrono que sirvió a Cristo, nosotros, al aire libre, bajo ese celestial manto de María repleto de luceros a los que se fueron a servir los mejores, deseamos mantener a esta Hermandad en primera línea.

De nuestra vida breve, para la Vida Eterna.

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